La marcha de Jim Martin, nada convencido con el rumbo musical que el grupo estaba adoptando con “Angel Dust”, parecía revelar que las cosas no andaban especialmente bien en el seno de Faith No More: más allá de los numerosos proyectos paralelos en los que los miembros de la banda se hallaban involucrados (y que estaban restando un tiempo creciente a la agrupación madre), Patton copaba cada vez más relevancia en las composiciones y su influencia comenzaba a amenazar con absorber al resto de componentes. Ciertas desavenencias entre los integrantes parecían irreconciliables, y las relaciones internas se encontraban en el momento más bajo de la carrera de los californianos. Pero poco debía importar todo esto mientras la respuesta musical fuera positiva.
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